¿POR QUÉ LA CEBRA SE SALVÓ DE SER DOMESTICADA?
Las cebras pertenecen al mismo género que los
caballos y los asnos y dadas sus similitudes y parentesco parece extraño que se
hayan salvado de la domesticación.
De hecho, en el Siglo XIX algunos ejemplares de
cebra sí llegaron a ser entrenados para montar, tirar de carruajes, cargar
pesos, etc.; pero todos los intentos por domesticarlo fueron un fracaso por los
siguientes motivos:
1. Para sobrevivir en un entorno lleno de depredadores (leones, guepardos, hienas, etc.), la cebra evolucionó para ser atenta y audaz ante el
peligro.
De esta forma,
resultan prácticamente imposibles de enlazar con una cuerda (incluso para vaqueros que ganan campeonatos
de rodeos capturando con sus lazos a los caballos) debido a que la cebra
tiene una habilidad a toda prueba de observar el extremo de la cuerda volando
hacia ellas para, a continuación agachar la cabeza y esquivarla.
2. Las cebras están preparadas para la lucha y la
huida; en este sentido, puede llegar a ser una mordedora salvaje y tiende a
dejarse llevar por el pánico cuando se siente nerviosa (a diferencia del
comportamiento dócil y apacible de sus parientes équidos. (Se dice que en EEUU las cebras hieren más a los cuidadores de
zoológicos que los propios tigres).
3. También hay que tener en cuenta que las cebras
migran en manada una vez al año siguiendo las lluvias y esto hace que sea más
difícil de domesticar que un animal que pueda permanecer en un solo hábitat,
como sería el caso de los caballos y asnos.
4. En conclusión: “sólo algunas especies de animales evolucionaron para ser domesticadas;
otras en cambio están destinadas a un estado salvaje perpetuo”.
Abajo: Lord Rothschild, con su carruaje de cebras
en Londres (1907)
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