¿CÓMO CONTABILIZAMOS EL TIEMPO LOS JUDÍOS?
Los judíos cuentan el tiempo de forma
distinta al resto del mundo.
Descubre por qué el calendario
empieza con la Creación, el mes con la luna nueva y el día con el atardecer.
La mayoría de las ideas en el
judaísmo aunque no son tangibles, son accesibles ya que están conectadas al
tiempo.
Son celebradas en días específicos
dentro de un ciclo anual de fiestas y ayunos, y ancladas al espacio por medio
de materia palpable como son las Matzot, las velas o las cabañas.
Algo que podría ser hecho en
cualquier momento y por cualquier persona, no será hecho nunca por nadie.
El judaísmo preserva los principios y
eventos Cataclísmicos de la historia mediante un sistema definido y
estructurado de prácticas específicas que requieren nuestra adherencia a ellas.
LOS AÑOS
Los antiguos pueblos empezaban a
contar los años de sus calendarios con el reinado de cada nuevo monarca.
Cuando el cristianismo comenzó a
dominar el mundo occidental, empezó a contar la historia a partir del
nacimiento de su propio "REY" y después lo hizo según en el
calendario gregoriano.
Por lo tanto -según ellos- la historia fue dividida en dos períodos: antes del
nacimiento de su "REY" y después del nacimiento de su "REY".
Sin embargo, el judaísmo no estuvo de
acuerdo en dividir la historia de esta forma; ni siquiera dividió la historia
universal para marcar la fecha del nacimiento de Abraham o de Moshé.
Por lo tanto, el calendario judío
nunca estuvo orientado de esta manera.
Por muchos siglos, los judíos
contaron los años a partir de un evento - el evento formativo que le dio
existencia como pueblo: el Éxodo de Egipto.
Sin embargo, después de la
destrucción del Segundo Templo en el año 70 de la cuenta común, este evento
sustituyó por algún tiempo el uso del Éxodo como la fecha inicial de la cuenta.
Pero el sentimiento del pueblo judío
-el cual se expresó sólo algunos siglos
más tarde- fue que incluso un evento de tal magnitud como fue la
destrucción del Templo, no era suficiente motivo como para trazar una línea a
través del tiempo recomenzando a contar la historia del mundo a partir de ese
momento.
Sólo un acontecimiento pudo servir
para ser el principio de la historia: el principio de la historia misma.
El judaísmo determinó contar los años
del calendario bajo una escala universal desde la creación del universo.
Pero exactamente, ¿cuántos años tiene
la tierra?
Inclusive los científicos con los
instrumentos más avanzados y precisos sólo están seguros de una respuesta: no
hay una respuesta precisa sobre esto.
El único método para los sabios fue
contar los años de acuerdo con la cuenta literal de la creación, escrita en la
Biblia.
Por lo tanto, lo que en el CALENDARIO HEBREO es 5761, implica de acuerdo a la TORÁ, 5761 años de soberanía de Dios en el mundo, y ese es su significado
eterno.
Pero esto representa un problema.
Los judíos, dondequiera que
estuvieran, siempre fueron una minoría, y mientras ellos contaban el tiempo
según su propio calendario, ellos estaban viviendo en un mundo en el que la
mayoría de la gente difería con su método de contar el tiempo.
Los judíos no podían ignorar la
manera mediante la que el mundo contaba el tiempo - la base de la vida diaria
del ser humano.
A pesar de que el judaísmo busca
idealmente trascender éste mundo, de hecho está en "éste" mundo.
Por eso, la comunidad judía necesitó
adaptarse a un calendario secular para usos globales.
Como resultado, el judaísmo tuvo que
vivir su vida secular de acuerdo a las demás "naciones" y dividir la historia de acuerdo a las fechas del
calendario gregoriano.
Pero el judaísmo nunca pudo adaptarse
a los términos que indican que la línea divisoria de la historia comenzó con el
nacimiento de un cristo (voz que deriva
del griego -christós- y que literalmente significa: ungido) y
es por eso que no usamos los términos A.C. y D.C. para marcar las fechas, sino
que decimos: "antes de la era común
- A.E.C." y "de la era
común - E.C.".
En términos judíos estamos viviendo
en el año 2000 de la era común; el antiguo Templo fue destruido en el 70 de la
era común; los Macabeos se rebelaron en el 165 antes de la era común.
Sin embargo, el calendario judío, no
reconoce esta manera de contar el tiempo, manteniendo su forma original a
partir de la creación del hombre.
Los judíos celebramos ROSH HASHANÁ (el comienzo del año), en el día en que
la TORÁ considera que fue la creación del hombre, de acuerdo con su cálculo
literal, el primer día del mes Hebreo TISHREI, que generalmente cae a finales
de septiembre.
LOS MESES
Los judíos contamos los meses de
acuerdo al ciclo de la luna, mientras que los patrones de la civilización occidental
son a partir del sol.
Esto presenta un dilema.
La luna rota más lento que el sol -
aproximadamente 48 minutos en un día, y es por eso que en un lapso de 12 Ciclos
Lunares (cada Ciclo Lunar tiene una
duración de 29½ días) el año de la luna es 11 días más corto que el año del
sol (354 días).
Y después de 3 años la diferencia de
días entre el ciclo solar y ciclo lunar es de 33 días.
Esta diferencia de días provoca un
problema para el calendario judío, pues la Torá nos ordena que debamos festejar
la fiesta de PESAJ en la época de la primavera.
Pero por cuanto que el calendario
lunar pierde más de un mes cada tres años solares, entonces PESAJ se va
desplazando, y cada año caería en una diferente época del año, como ocurre con
las fechas del calendario musulmán que solamente es lunar y sus días
particulares -como el mes de ayuno
llamado RAMADÁN- caen a veces en la primavera, a veces en verano, etc.
Pero los maestros del Talmud,
encontraron una solución para salvar esa diferencia de 11 días entre el Ciclo
Lunar y el Solar.
Ellos le hicieron un ajuste al
calendario añadiéndole siete meses especiales (llamados "segundo ADAR")
en un ciclo de 19 años.
De esta manera, crearon un calendario
que puede contar los meses de acuerdo con la luna a la vez que permite festejar
las distintas fiestas en su estación correspondiente.
El primer día del mes lunar, llamado ROSH
JODESH, era proclamado originalmente por la corte central de Jerusalem después
de que cada luna nueva era vista.
Después de la destrucción de
Jerusalem, el ROSH JODESH era calculado por medio de un calendario astronómico
que determinaba en qué días las festividades tendrían lugar.
La Torá designa ciertos días del mes
como principio de las festividades.
Como la gente no puede manejar meses
de 29½ días, algunos meses son de 29 días y algunos de 30 días.
Los meses con 30 días tienen dos días
de ROSH JODESH y los de 29 un solo día.
Como repetición de la tradición
antigua de la proclamación de la luna nueva, el sábado antes de ROSH JODESH se
anuncia el comienzo del nuevo mes durante el servicio en la sinagoga.
Los judíos celebran la venida del
nuevo mes con rezos anexos al servicio normal.
Además, ROSH JODESH es un día
parcialmente festivo para las mujeres, y a ellas les fueron brindados estos
días por el mérito de la rectitud de las mujeres de la generación del desierto,
que no participaron junto a los hombres en la realización del becerro de oro.
LAS SEMANAS
Los judíos cuentan las semanas de
Shabat a Shabat. El Shabat es la corona de la semana; es la corona de las
fiestas judías; la corona del espíritu judío.
El Shabat es la reina.
Es una pequeña muestra del mundo
venidero.
El Día del Perdón, Iom Kipur, es el
único día que tiene más santidad que el Shabat.
"Más de lo que los judíos cuidan el Shabat, el Shabat los cuida a ellos"
- alguna vez dijo un gran escritor.
Está tan presente en los seres
humanos que no importa cuántas sociedades han tratado de anularlo, no han
podido.
Algunos pueblos, simplemente lo movieron
de día: Los Cristianos al domingo y los Musulmanes al viernes.
El Shabat pone una marca al
individuo, a la nación, a la semana.
Todos los fines de semana dan lugar
al Shabat.
De hecho, los días no tienen nombres,
sólo números, y todos éstos anticipan la llegada del séptimo día, la llegada
del Shabat.
Los días de domingo a viernes son
vistos psicológicamente así como físicamente, como pasos dirigidos hacia el Shabat,
el "lugar en el tiempo".
Ropa linda es vestida en Shabat,
comida especial es servida, invitados especiales acompañan a la familia en este
día y conversaciones significativas son reservadas para el Shabat.
El viernes, por su proximidad al
Shabat, realmente pierde su identidad; es simplemente Érev Shabat, el límite
antes de Shabat, en el que inclusive los más grandes estudiosos ayudan en la
cocina.
Siguiendo la analogía de los días de
la semana como escalones hacia el Shabat, al final de este, los judíos
experimentan un descenso en su espiritualidad a causa de su salida, pues la
vida debe empezar nuevamente en su nivel más bajo el primer día de la semana
para volver a elevarse.
LOS DÍAS
En el judaísmo el día no comienza y
termina a la media noche como ocurre en el calendario secular.
La media noche no es un evento
astronómico significativo.
En la era antes del reloj moderno,
una hora específica de la noche no se podía saber con precisión, mientras que
una hora del día era fácilmente determinada al ver la localización del sol.
Para esto el día debía empezar con
estandartes precisos, simples y universalmente reconocidos.
Esto significaba que el día debía ser
contado ya sea a partir del principio de la noche o del día.
En el concepto judío del tiempo, el
día empieza con la puesta del sol en la noche (la aparición de las estrellas) seguido de la mañana (que técnicamente empieza con el amanecer).
Lo previamente mencionado es descrito
por la Torá de la siguiente manera: "Y
fue la noche y fue la mañana; el primer día".
Por esta razón, el Shabat empieza el
viernes en la noche y termina con la aparición de las estrellas el sábado en la
noche.
Asimismo ocurre con las otras fechas
y festividades, como ser Sucot, Pesaj, Shavuot, Rosh Hashaná, Iom Kipur, el
ayuno de Tishá Beav, Januká y Purim.
El hecho de que el día comienza a la
noche es una metáfora de la vida misma.
La vida empieza con la oscuridad del
vientre materno, después se enfrenta al resplandor de la luz y eventualmente
finaliza con la oscuridad de la tumba, lo que precede a un nuevo amanecer en el
mundo venidero.
La vida consiste en luz y oscuridad:
"Y fue la noche, y fue la mañana".
Lo que hagamos con el tiempo es lo
que cuenta.
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