¿QUÉ SIGNIFICA
PARA TI LA RADIOAFICIÓN?
¿QUÉ
SIGNIFICA SER RADIOAFICIONADO?
¿QUÉ
IMÁGENES SE DIBUJAN EN TU MENTE CUANDO OYES ESTAS PALABRAS?
¿Piensas
en el Código Morse, en la experimentación con equipos de radio, o en las noticias
sobre radioaficionados, que envían mensajes tras algún Desastre Natural como
los Terremotos?
Bien, en
principio los Radioaficionados se ocupan de todas estas cosas por simple
afición… hobby, en forma 100% voluntaria, y con el buen espíritu de ayudar al prójimo.
PROCEDENCIA DIVERSA
Comunicación
y experimentación: estas son las finalidades de la radioafición y las
motivaciones por las que gentes de todos los niveles sociales se hacen
radioaficionados.
Jóvenes y
mayores, juntos disfrutan de la emoción de encontrar e intercambiar ideas con
personas de todo el mundo.
Es casi imposible
describir en palabras, la excitación que supone la construcción de un equipo o
la consecución de un nuevo circuito y luego conseguir que se comporte como debe
para incorporarlo como un perfeccionamiento más a la estación.
Toda
estación de radioaficionado dispone de un distintivo o indicativo de llamada con el que se identifica.
Los
prefijos de estos indicativos han sido atribuidos a nivel mundial por la Unión Internacional de Telecomunicaciones.
(ITU)
Por
ejemplo, los indicativos de llamada cuyas primeras letras son AA, AL, K, N o W pertenecen a Estados Unidos de América.
Uno de
los indicativos de llamada más conocidos en el mundo entero es W1AW que pertenece e identifica a la
estación de la AMERICAN RADIO
RELAY LEAGUE (ARRL), la asociación
norteamericana de radioaficionados y que se erigió en memoria del fundador de
esta asociación, Hiram Percy Maxim.
Los
radioaficionados viven tan identificados con el indicativo de llamada de su
estación propia que casi siempre persona e indicativos van íntimamente ligados
en la mente de los amigos colegas.
Barry, K7UGA, de Arizona ha «trabajado» (hablado con) miles de colegas en el
aire.
La
mayoría de ellos ignoraban que se trataba, nada menos, que del senador Goldwater
de Estados Unidos.
El rey
Hussein de Jordania es otro radioaficionado al que se le conoce sencillamente
por JYI entre todos sus amigos del
éter.
Otro
tanto ocurre con el rey de España, Juan Carlos, EA0JC; con el ex presidente de la república de Italia, Francesco
Cossiga, cuyo indicativo de llamada es I0FCG.
Y al
igual que coexisten reyes, políticos prominentes y artistas famosos en las
filas de la radioafición, éstas se nutren en su mayoría de personas de todos
los niveles sociales, de todas las edades, desde adolescentes hasta «mayores» que sobrepasaron los 80 años y
que disfrutan con la radio.
Y muchos
minusválidos cuya única fuente de diversión es la radio.
La
electrónica, aparece rodeada de cierto halo de misterio para la mayoría de la
gente, a pesar de que tiene un papel primordial en la vida cotidiana.
Un lego
en la materia experimenta confusión ante palabras tales como voltio, ohmio o
amperio.
Pero una
vez que alguien explica con un lenguaje llano los conceptos fundamentales,
dichos vocablos pierden todo su ocultismo y ya no inspiran temor alguno.
CONSTRUCCIÓN CASERA.
Aparecen
radioaficionados en los lugares más insospechados.
El Dr.
Peter Pehem, 5Z4JJ, es uno de los Médicos
Volantes en África.
Vive en
una pequeña aldea situada en la ladera septentrional del Monte Kilimanjaro, en
Kenia.
Se siente
interesado por los satélites de radioaficionado pero no puede dedicarles mucho
tiempo durante su trabajo.
¡Pero en
sus pocas horas libres disfruta con fruición dedicándose a su «HOBBY» preferido y recibiendo el
aliento de cientos de personas esparcidas por todo el mundo!
Alguien
regaló a Peter un viejo radioteléfono, una lámpara de radio y un tramo de cable
coaxial.
A este
material el doctor añadió algunos tubos de aspirinas vacíos y un cristal de
cuarzo procedente de la radio de su avioneta.
En medio
de la selva africana, logró construir un transmisor casero con el que conversar
con el mundo entero a través del Satélite OSCAR,
el Orbiting Satellite Carrying
Amateur Radio.
Peter demostró
al mundo algo importante con su equipo de construcción doméstica: no es
necesario poseer el último modelo de equipo comercial para pasarlo bien en el
éter.
Una
verdad que los recién llegados a la radioafición descubren todos los días.
Hubo un
tiempo, hace muchos años, en la que no existía el equipo comercial de
radioaficionado.
Los
pioneros de la radioafición, que iniciaron sus actividades hace más de 75 años,
se esforzaron en descubrir sistemas cada vez más eficaces para poder
comunicarse entre sí.
Todos los
equipos fueron ineludiblemente de construcción casera y tuvieron la capacidad
suficiente para mantener las comunicaciones a lo largo de varios kilómetros.
Algunos
de aquellos transmisores consistían simplemente en una sección de alambre de
cobre arrollado a lo largo de un tubo de cartón y unido eléctricamente a unos
pocos componentes básicos y a un alambre tendido que servía de antena.
A menudo
la comunicación sólo se podía establecer en un sentido, con una estación
transmisora que enlazaba con varias estaciones receptoras.
A través
de los años los radioaficionados se han esforzado siempre en tratar de
descubrir la forma de transmitir mejor y lograr mayor alcance.
Todavía
hoy en día se esfuerzan constantemente en mejorar sus comunicaciones tratando
de desarrollar y hacer progresar el arte de la comunicación radioeléctrica.
Todo
comenzó con algunos experimentos en los alrededores de Burdeos, Francia, en 1894.
El primer
contacto por radio tuvo lugar en 1898 entre la Torre Eiffel y el Pantheon,
en París.
En 1899
el investigador e inventor Guillermo Marconi logró enviar un mensaje por radio
a través del Canal de la Mancha.
Pero en realidad se puede decir que la ERA DE LA TELEGRAFÍA SIN HILOS comenzó un crudo día de diciembre de
1901 en unos barracones abandonados en San Juan de Terranova (Canadá) donde Marconi consiguió captar
una serie de 3 puntos, la letra S
del Código Morse, una señal que acababa de recorrer los 3.600 kilómetros que
separaban a Marconi de Cornwall, en Gran Bretaña.
Esta
señal fue la culminación de muchos años de experimentación.
Más tarde
Marconi puso en marcha una descomunal estación de radio en Cabo Cod; algo muy
distinto a lo que pueda imaginar cualquier radioaficionado de hoy en día.
Constaba
de un transmisor de chispa a base de un motor con un rotor que hacía girar un
descargador de un metro de diámetro, capaz de transferir la potencia de 30.000W
a un amplio tendido de antena izado a 60m de altura y sustentado por cuatro
torretas sobre las dunas de South Wellfleet, Massachusetts, USA.
Hacia
1914 Marconi había logrado construir una estación con sus correspondientes
antenas para las transmisiones diarias a través del océano Atlántico.
Los
radioaficionados de otros países, cada vez más numerosos y preparados,
comenzaron a construir y operar sus propios transmisores.
Dado que
el alcance de estas transmisiones todavía era muy limitado, los radioaficionados
idearon una serie de rutas del éter a través de las cuales se retransmitían los
mensajes.
La
experimentación de radioaficionados ha existido siempre. Las emisoras
comerciales no empezaron a florecer hasta después de la Primera Guerra Mundial.
Ello ocasionó
una gran confusión en las ondas y para poner un poco de orden en el éter, las
administraciones de las distintas naciones, de común acuerdo, asignaron unas
determinadas bandas de frecuencias para usos específicos.
De esta
manera los radioaficionados obtuvieron sus propias bandas de frecuencia.
La
continua experimentación a lo largo de los años trajo, primero, los tubos o
lámparas de vacío (válvulas de radio)
y posteriormente los transistores.
Los
equipos de radio disminuyeron de tamaño a la vez que resultaron más complejos.
En los
inicios de la radio el equipo era voluminoso y pesado.
A veces
ocupaba una habitación entera para lograr lo que ahora se puede hacer con el
contenido de una pequeña caja metálica del tamaño de un maletín.
Ya es una
tradición que los radioaficionados sirvan a su país siempre que es necesario.
Cuando
ocurren desastres nacionales, los radioaficionados siempre están dispuestos a
prestar ayuda con su tecnología y habilidad personal.
Si los canales
normales de las comunicaciones se ven interrumpidos por alguna catástrofe, los
radioaficionados aportan un sistema de comunicaciones de emergencia con las
zonas afectadas.
Asimismo
colaboran desinteresadamente en la ayuda y salvamento de barcos en peligro, en
la organización del suministro de medicinas allí donde haga falta, como tras un
terremoto, por ejemplo, en procurar las comunicaciones durante y después de los
huracanes, tifones y riadas.
Todo
radioaficionado es consciente de su deber y responsabilidad de aportar las
comunicaciones de emergencia ante cualquier desastre que las haga necesarias y
para estar bien preparado suele realizar ejercicios de entrenamiento.
En
septiembre de 1985, un tremendo terremoto hizo estremecer a la ciudad de México
y dos días después se produjo otra sacudida más pequeña, pero no menos
terrorífica.
Amigos,
parientes e interesados temían por las personas del área afectada.
Todos
ellos buscaban noticias sobre la situación en la ciudad de México.
¿POR QUÉ RAZÓN ACUDIERON A LOS
RADIOAFICIONADOS EN DEMANDA DE AYUDA?
Históricamente
los radioaficionados siempre han prestado su esfuerzo desinteresado para
conseguir la información vital desde y para las zonas afectadas por un
desastre.
El
terremoto de México de 1985 destruyó todos los medios de comunicación,
especialmente con las zonas rurales, y la radioafición fue la única vía por la
que las noticias del desastre pudieron llegar al resto del mundo.
Cientos
de radioaficionados pasaron días y noches en vela frente a sus aparatos
indagando noticias de personas y de las condiciones de supervivencia en las
zonas más afectadas.
Sólo
descansaron y volvieron a sus tareas habituales cuando se hubieron establecido
las comunicaciones regulares.
Los
radioaficionados siempre están dispuestos a prestar servicio en caso de
necesidad, aunque el desastre ocurra al otro lado del mundo.
NO HAY DISTANCIAS PARA LA
RADIOAFICIÓN.
Recordemos
el fuerte terremoto que asoló Italia en 1980.
Los
radioaficionados de Estados Unidos de América pasaron días enteros frente a sus
estaciones recibiendo y transmitiendo información acerca del desastre y de los
afectados.
Las
estaciones de radioaficionados norteamericanas e italianas retransmitieron
miles de mensajes a familiares y allegados.
Quienes
se vieron en el trance de tener algún familiar, pariente o amigo en la zona
siniestrada acudieron esperanzados a los radioaficionados para indagar noticias
acerca de la supervivencia y la salud de sus allegados.
ECHAR UNA MANO
La
radioafición no pone barreras a los minusválidos.
Gente que
no pueden andar, ver o hablar obtienen su licencia de radioaficionado por medio
de exámenes especiales y consiguen comunicarse con sus amistades locales o de
cualquier parte del mundo a través de su propia estación de radio dotada de los
medios necesarios para permitirles su manejo.
La
mayoría de los radio clubs locales se ofrecen a dar clases a cualquier
minusválido que lo requiera y a concienciarle de las posibilidades que le
ofrece la radioafición.
Prácticamente
todas las administraciones del mundo facilitan exámenes especialmente
preparados para los minusválidos.
Una vez
que obtengas la licencia de radioaficionado, podrás unirte a miles de colegas
que te aguardan en el éter.
Comenzarás
a experimentar en carne propia la emoción de la radioafición.
Según las
frecuencias que te autorice a utilizar la clase de tu licencia, podrás
comunicar tanto con otros colegas de tu localidad como a lo ancho de todo el
mundo.
Podrás
hablar ante el micrófono utilizando las modalidades de banda lateral única (BLU o SSB)
o de frecuencia modulada (FM).
Podrás experimentar
el raro encanto de utilizar el código Morse (CW) para entenderte universalmente con las personas con las que no
tengas ningún idioma común.
Y si te
sientes inclinado hacia las técnicas del progreso, podrás comunicar por
radiopaquete o por radioteletipo a través de un ordenador.
Todo esto
se está llevando a cabo en segmentos de las bandas de frecuencia mundialmente
asignadas a los radioaficionados.
En tu
primer contacto, probablemente tratarás de sintonizar tu transceptor en busca
de una estación que se halle llamando «CQ» (llama
a general dirigida a todo aquel que se halle a la escucha y desee establecer
una comunicación con la estación que lanza la llamada).
O tal vez
hayas quedado con un amigo en hora y frecuencia determinadas para ver si te oye
y te ayuda a realizar tu primer comunicado (amigo
que se convertirá en tu «PADRINO»
para siempre, dentro de la radioafición).
O tal vez
seas más valiente de lo que suponemos y te atrevas a lanzar tu propia llamada CQ y de golpe... ¡Oirás tu propio indicativo cual si regresara del éter!
¡No hay
palabras para describir la emoción que esto produce!
Desde
Dios sabe dónde, alguien estará repitiendo tu propio indicativo para hacerte
saber que ha oído tu llamada y que desea establecer una conversación contigo.
Cada vez
que envíes una llamada CQ te
preguntarás interiormente quién te va a oír y quién te contestará. Lo mismo
podrá ser un colega de la población vecina que un colega de allende los mares,
de un país muy lejano.
Comprobarás
como el mundo entero está lleno de radioaficionados que desean hablar contigo.
¡Es
emocionante y pone la carne de gallina!
Son
muchas las cosas maravillosas que puedes hacer como nuevo radioaficionado.
Cuando ya
lleves algún tiempo saliendo al aire, se te reconocerá como uno de los
operadores habituales de la banda.
Te
asombrará la cantidad de nuevos amigos que habrás conocido por radio y de
cuánta gente te reconocerá a través del éter.
En este
medio se han hecho innumerables amistades que han durado toda la vida.
Pronto
intercambiarás tarjetas QSL (tarjetas postales especiales) para confirmar por escrito los
contactos efectuados con otros colegas. Sirven como prueba fehaciente de haber
realizado un determinado contacto por radio dentro de las condiciones exigidas para
la obtención de los diplomas que otorgan las asociaciones nacionales e
internacionales u otras organizaciones paralelas.
La
expresión QSL pertenece al CÓDIGO Q, es una «señal Q» o abreviatura
internacionalmente reconocida que utilizan los radioaficionados y muchos otros
servicios de telecomunicaciones como herramienta de entendimiento universal.
Existe
cierta intriga sobre el DX (comunicados a larga distancia) que
atrae a un gran número de radioaficionados.
Hablar
con colegas de otros continentes constituye una emocionante experiencia.
¡Aunque todo colega transcontinental no es más que un ser como tú que gusta de
descubrir otras gentes y lugares!
Si
disfrutas con pequeñas competiciones, quizás te apasiones por los concursos.
Consisten
en comunicar con el mayor número e estaciones de radioaficionado de cuantas más
zonas geográficas puedas durante un período de tiempo determinado, más o menos.
Puede
decirse que cada fin de semana se celebra uno o más concursos en alguna de las
modalidades habituales.
En muchas
ocasiones estos concursos ofrecen la oportunidad de comunicar con nuevos países
que cuesta mucho captarlos de ordinario y si se opera en Morse, los concursos
tienden a facilitar la práctica para el aumento de la velocidad en el manejo
del código.
No hay
duda de que los concursos agilizan la habilidad operativa de quienes participan
en ellos, además de proporcionar diversión.
OTRAS MODALIDADES
Además de
la fonía (voz) y la telegrafía (Morse), puedes investigar determinadas
modalidades especiales, más exóticas y modernas.
Hallarás
a continuación una breve descripción de las mismas.
Con la televisión
de barrido o exploración lento (SSTV) los
radioaficionados se intercambian imágenes fijas, una imagen a la
vez.
En unos
ocho segundos el haz luminoso explora la pantalla televisiva y forma una imagen
completa (el televisor doméstico explora
de 25 a 30 cuadros completos por segundo).
Las
imágenes de la SSTV se parecen a las
fotografías de la Luna o de Saturno que, retransmitidas desde el espacio
exterior, hemos podido ver en ocasiones.
Las
imágenes SSTV se transmiten a
cualquier parte del mundo por medio de los transmisores de onda corta de los
radioaficionados.
En
realidad los radioaficionados fueron los primeros en divulgar a todo lo ancho
del mundo las primeras fotografías del planeta Marte en imágenes de SSTV.
El
facsímil (FAX) es el medio de
transmitir dibujos, mapas y gráficos. Incluso es posible entablar juegos de
salón en el aire mediante la transmisión de imágenes fax de cada movimiento de
las piezas del juego.
Las
agencias de prensa transmiten fotografías desde cualquier lugar sirviéndose del
fax (también denominado TELEFAX).
Con la
transmisión por radioteletipo (RTTY) el radioaficionado puede
mecanografiar un mensaje y enviarlo a través del éter hasta una estación amiga
de Dios sabe dónde.
Y aunque
ocurra que el titular de dicha estación de destino se halle ausente, su propio
radioteletipo estará probablemente preparado para almacenar el mensaje en una
memoria hasta su regreso.
En un
principio los sistemas de radioteletipo utilizaban máquinas electromecánicas
muy ruidosas, muy escandalosas.
En la
actualidad los radioaficionados suelen servirse de los ordenadores personales
como radioteletipos, de manera que los mensajes se reciben en silencio y se
muestran escritos en una pantalla de televisión en lugar de inscribirse en
rollos de papel. Por supuesto, también se pueden utilizar las impresoras de
ordenador.
El
radiopaquete constituye el sistema más moderno para el intercambio de
información (datos) entre
ordenadores; es un sistema capaz de enlazar máquinas entre sí.
Resulta
especialmente indicado para la retransmisión de mensajes a través de redes
locales, nacionales o internacionales; mensajes que pueden permanecer
memorizados hasta que los reclame la estación a la que van destinados.
SATÉLITES DE RADIOAFICIONADO
Los
radioaficionados tienen sus propios satélites artificiales, por medio de los
que pueden hablar con cualquier otro lugar del mundo.
Los SATÉLITES OSCAR (ORBITING SATELLITES CARRYING AMATEUR RADIO)
han estado orbitando la Tierra desde el año 1961 y los radioaficionados los han
utilizado para comunicarse con todo el orbe en fonía, Morse, radioteletipo y
radiopaquete.
Algunas
escuelas utilizan los satélites OSCAR para la enseñanza de las ciencias y de
las matemáticas.
No se
precisa licencia alguna para escucharlos y de aquí que muchos estudiantes oigan
las comunicaciones de los radioaficionados a través de un SATÉLITE OSCAR.
Todo lo
necesario para ello es disponer de un receptor y de una antena apropiada para
introducir a los estudiantes en el sorprendente mundo de la tecnología
espacial.
Los
radioaficionados de muy diversas naciones unieron sus esfuerzos para la
construcción de los OSCAR.
Con un
peso inferior al del receptor de TV doméstico y alimentados por medio de
baterías solares, los OSCAR
retransmiten de vuelta a la Tierra, a estaciones situadas en otras latitudes,
las señales «ascendentes» de los transmisores de los radioaficionados.
Podrás
operar en cualquiera de estas emocionantes modalidades tan pronto como te
conviertas en un radioaficionado a través de la obtención de la licencia.
¡Dedica
todo el tiempo necesario para conocer toda la aventura que representa la
radioafición!
Cuando sintonizas
tu emisora favorita en el receptor de radio, seleccionas un punto específico en
el dial de dicho receptor.
A lo
largo del dial existen multitud de estaciones y cada una de ellas ocupa una
pequeña parte, un lugar determinado, en el espectro de las «ondas electromagnéticas».
En otras
partes del espectro se hallan las microondas, los Rayos X, los rayos
infrarrojos, los rayos ultravioleta y las ondas de la luz.
El que
sean una u otra cosa depende de su frecuencia, ya que todas son vibraciones del
éter.
Surge la
pregunta lógica de quién determina la parte del espectro en que se hallan las
estaciones de radioaficionado y en qué lugar del mismo se encuentra la estación
de radiodifusión favorita. La respuesta tiene varias partes.
Las
señales de radio viajan hasta los últimos confines del mundo, de manera que es
imprescindible cierto orden para evitar el caos en las bandas.
Existen
muchos servicios de radio que necesitan una porción de espectro y entre ellos
se incluyen los servicios de radiodifusión sonora y televisiva, el servicio
móvil terrestre, marítimo y aeronáutico, los servicios vía satélite y, por
supuesto, el servicio de radioaficionado.
Los
representantes de las naciones miembros de la ITU se reúnen periódicamente, se ponen de acuerdo y deciden las
bandas de frecuencia que se destinan a cada uno de los servicios según las
posibilidades y las necesidades de los mismos.
El
proceso tiene lugar en las World Administrative
Radio Conferences (WARC) o Conferencias Administrativas de Radio
Mundiales (CARM).
En el
caso de la radioafición, la ITU ha
reconocido la inestimable contribución de los radioaficionados en momentos de
emergencia o desastres.
En la CARM que tuvo lugar en el año 1979 el
servicio de radioaficionado obtuvo la adjudicación de varias nuevas bandas de
frecuencia.
La ITU procede a la asignación
internacional de las bandas de frecuencia con carácter general y,
posteriormente, cada gobierno en particular decide la mejor forma de distribuir
y particularizar los servicios bajo su jurisdicción en las bandas de frecuencia
asignadas por la UIT.
Para la
concesión de la autorización que permita emitir señales de radio es preciso
cumplir ciertos requisitos establecidos por cada Administración en particular.
La
legislación internacional (Radio Regulations) establece que «Cada Administración deberá tomar las medidas
pertinentes que juzgue necesarias para comprobar la preparación técnica y operativo de las personas que
aspiren a operar los aparatos de una estación de radioaficionado».
A nivel
mundial este precepto toma la forma de un examen que abarca las materias
relacionadas con la legislación, la teoría fundamental de la radio, las
prácticas operativas y también, en muchos casos, el conocimiento del Código Morse.
Este
libro tiene, entre otros, el propósito de preparar para la superación del
examen que permite obtener la primera licencia de radioaficionado.
El
artículo 1, apartado 3.34 de las Radio Regulations de la Unión
Internacional de las Telecomunicaciones se define el Servicio de
Radioaficionado como: «Un servicio
de radiocomunicación con el propósito de desarrollar la habilidad personal, la
intercomunicación y las investigaciones técnicas llevadas a cabo por
aficionados, es decir, por personas debidamente autorizadas interesadas en la
radiotécnica sin afán de lucro».
En estas
pocas palabras se comprende todo el fundamento del servicio de
radioaficionados.
Además,
la Resolución # 640 de las mismas Radio Regulations reconoce
que: «dada su amplia distribución y su demostrada capacidad, las estaciones del
Servicio de Radioaficionado se podrán utilizar como asistencia a las
necesidades perentorias de las comunicaciones»... «Respecto a las operaciones de auxilio en las catástrofes nacionales».
Los
radioaficionados siempre se han destacado por su habilidad para desarrollar
comunicaciones de emergencia y de salvaguarda de la vida humana.
Las redes
de comunicaciones normales casi siempre se interrumpen durante los huracanes,
terremotos, tornados, accidentes aéreos y demás desastres.
El
Servicio de Radioaficionado suele ser el único que prevalece como medio
disponible para conectar el mundo exterior con el lugar afectado.
Tanto la
Cruz Roja como otras entidades de protección civil confían plenamente en los
servicios voluntarios de los radioaficionados.
·
La radioafición es un medio de enseñanza técnica para la juventud.
·
Realiza investigaciones técnicas
y científicas en el campo de las radiocomunicaciones.
·
Proporciona auxilios en los casos
de desastres naturales.
·
Contribuye a las buenas
relaciones y a la amistad internacional.
·
La radioafición constituye un
valioso recurso nacional, especialmente en los países en vías de desarrollo.
Determinadas
administraciones permiten que los radioaficionados vayan más allá de las
comunicaciones de emergencia y puedan cursar tráfico restringido de naturaleza
no comercial, de y para el público en general.
Esto
puede significar la ayuda en carretera, aportar las comunicaciones en la
coordinación de los actos públicos como carreras y reuniones deportivas o el
intercambio de felicitaciones y saludos en fechas señaladas.
El
Artículo 32 de las Radio Regulations dice: «Se prohíbe terminantemente la utilización de
estaciones de radioaficionado para la transmisión de comunicaciones
internacionales en beneficio de terceros».
Pero añade
a continuación: «Cuanto antecede puede
verse modificado por acuerdos especiales entre las administraciones de las
naciones interesadas».
En
realidad existen estos acuerdos entre naciones americanas y algunas naciones en
otras partes del mundo.
Conviene
comprobar en las leyes nacionales de cada país si está autorizado el tráfico a
terceros, nacional o internacional.
El gran
día llegó por fin. Has recibido tu licencia o el diploma para operar la
estación de radioaficionado y, como orgulloso titular de la misma, a buen
seguro que no se tardará en salir al aire.
¡Probablemente no habrá sosiego hasta
realizar el primer contacto! habrá llegado el momento de poner en práctica
todo lo que se estuvo aprendiendo para superar el examen y conseguir la
licencia.
Pero lo
primero es lo primero. Convendrá cerciorarse de si la Administración nacional
permite el uso de una fotocopia de la licencia como prueba de que se es
radioaficionado o exige el original.
En el
primer caso, tal vez se prefiera enmarcar el original de la licencia junto a la
estación y llevar una fotocopia en la cartera para el uso de sus atribuciones
en móvil o para operar la estación de algún otro colega, siempre debidamente
documentado.
Algunas
administraciones otorgan los indicativos en un orden sistemático.
Es decir
obtendrás el siguiente indicativo que corresponda alfabéticamente.
Ciertas administraciones
con un número de radioaficionados reducido permiten la elección individual
entre los distintivos de llamada disponibles y en ellas muchos radioaficionados
solicitan las letras del sufijo que se corresponden con sus propias iniciales.
Una vez
en posesión del indicativo, lo mantendrás generalmente de por vida (a menos que se cambie el domicilio a otro
distrito, expire la licencia o sea revocada por la autoridad).
Según
sean las leyes internas de la administración nacional, será necesario cambiar
el indicativo de llamada o parte del mismo al trasladar la residencia de la
estación a otra zona o distrito de llamada.
Opera de
modo legal y ético; da tal ejemplo de operación que te haga sentir orgulloso.
Para
conseguir este objetivo es preciso familiarizarse con las prácticas operativas
básicas, tanto legales como técnicas.
Se debe
aspirar al dominio operativo de todas las modalidades que se pongan en
práctica.
Tanto si
es preceptivo como si no (depende de las
administraciones nacionales) la mayoría de radioaficionados llevan un
meticuloso registro de las actividades de su estación.
Para ello
utilizan el «Libro de Guardia» o «Libro Diario» en el que anotan
fechas, indicativos de llamada, nombre y localidades de la estaciones
corresponsales con las que establecieron comunicación, y cuantos más detalles
creen convenientes.
Cuando se
confirman los contactos por medio de las tarjetas QSL, el libro diario resulta
excelente para documentar estos intercambios.
El libro
diario siempre es la historia escrita de la estación propia que perdura por más
años que transcurran.
El
artículo 32 de Radio Regulations dice textualmente: «Durante el curso de una transmisión, la
estación de radioaficionado deberá emitir su indicativo de llamada a cortos
intervalos».
Los
reglamentos nacionales pueden ser algo distintos respecto a la obligatoriedad y
periodicidad de identificarse en las transmisiones.
Ciertos
gobiernos requieren que toda transmisión se identifique por medio del
indicativo de llamada de la estación a la que se está llamando o con la que se
está comunicando, seguido del indicativo de la estación propia que realiza la
llamada.
Otros
gobiernos requieren exclusivamente la identificación al comienzo de cada
transmisión y/o al final del contacto y/o periódicamente, como por ejemplo una
vez cada diez minutos, durante el transcurso de una comunicación larga.
Operativamente,
es importante que cualquier otra estación pueda conocer la identidad de la
estación que está transmitiendo dentro de un tiempo prudencial de estar
oyéndola.
Los
reglamentos prohíben las señales o comunicaciones no identificadas (las que no transmiten el indicativo de
llamada).
Conviene,
pues, estar seguro de que se comprenden y se cumplen bien los preceptos y los
procedimientos de identificación de la estación propia.
He aquí
un ejemplo de cómo se identifica una estación de radioaficionado.
Supongamos
que dos estaciones, KA9OLS y KB1MW operan bajo los reglamentos de Estados
Unidos de América que exigen la identificación de las estaciones cada diez
minutos y al final de cada contacto.
Las
estaciones citadas han estado comunicando durante 45 minutos y están a punto de
finalizar su contacto. Cada una de las dos estaciones ya ha transmitido su
indicativo de llamada un mínimo de cuatro veces (1 cada 10 minutos, de acuerdo con la reglamentación USA).
Pero cada
una de ellas debe transmitir una vez más su indicativo al finalizar el
contacto, lo cual significará la transmisión del indicativo cinco veces en
total durante el transcurso del QSO (QSO significa la comunicación con otro colega,
en el lenguaje del radioaficionado).
Si el QSO hubiera durado tan sólo 8 minutos,
cada estación hubiera estado obligada a transmitir su indicativo de llamada una
sola vez (al final de la comunicación).
En Morse,
la identificación propia toma la forma DE KA9OLS.
En el
ejemplo anterior no se transmitió la identificación al comienzo de la
comunicación por no requerirlo así el Reglamento de Estados Unidos, pero otras
administraciones pueden exigir la identificación de la estación al comienzo de
toda transmisión y a intervalos de duración distinta.
Los
reglamentos varían en pequeños detalles de una a otra nacionalidad y es preciso
saber bien el procedimiento legislado en el país propio.
Nada
impide la mayor abundancia de identificación cuando así se crea conveniente al
objeto de facilitar la comunicación, por ejemplo en una banda muy poblada o muy
interferida.
Convendrá escuchar y prestar
atención a cómo se identifican las estaciones nacionales en las bandas de
radioaficionado.
¿Con quién se puede hablar una vez
en posesión de la licencia?
Se puede
hablar con las estaciones de radioaficionado de todo el mundo que se capten en cualquier
momento del día o de la noche.
Por
supuesto que esto incluye a todos los colegas de los países extranjeros a menos
que la Administración nacional lo hubiese prohibido expresamente o hubiera
impuesto alguna restricción específica.
(Todavía existen, por desgracia, algunos
países del mundo cuyo gobierno no permite la radiocomunicación con gentes de
otras nacionalidades.)
También
cabe el que la Administración propia autorice la radiocomunicación con
estaciones determinadas que no pertenezcan al servicio de radioaficionado; por
ejemplo, el intercambio de mensajes con determinadas estaciones militares o con
estaciones de los organismos de seguridad, como Protección Civil, Cruz Roja,
etc.
La
radioafición es un servicio de comunicaciones de doble sentido y de aquí que NINGUNA ESTACIÓN DE RADIOAFICIONADO PUEDA TRANSMITIR
INFORMACIÓN DESTINADA, A SER RECIBIDA POR EL PÚBLICO EN GENERAL.
Igualmente
existen ciertas restricciones respecto a la difusión de una sola vía de
información de interés general, incluso para el exclusivo ámbito de los propios
radioaficionados, con sus correspondientes excepciones.
Por
ejemplo, las radiobalizas y las clases de prácticas del Código Morse son
transmisiones de radioaficionado de una sola vía que generalmente están
autorizadas mundialmente.
Los
enlaces por radio del servicio de radioaficionados no pueden tener ningún
carácter comercial y se han de llevar a cabo entre estaciones del propio
servicio de radioaficionado «exclusivamente
con contenido personal y sin ningún interés pecuniario», según la Sección
3.34 del Artículo 1 del Reglamento Internacional.
El
vocablo «pecuniario» se refiere a cualquier clase de remuneración.
Esta
definición indica clara y terminantemente que ninguna estación de
radioaficionado puede radiar o mantener tráfico comercial y esto no sólo es de
aplicación a los intereses personales, sino a la conveniencia de cualquier otra
persona.
También
significa que no se puede aceptar remuneración alguna por la transmisión de
tráfico de terceros allí donde se halle autorizado dicho tráfico; no tan sólo
dinero, sino incluso cualquier clase de compensación, incluidos materiales o
servicios.
Las
estaciones de radioaficionado no pueden transmitir música.
ESTÁ PROHIBIDO UTILIZAR UN
VOCABULARIO OBSCENO, INDECENTE O IRREVERENTE.
No está
autorizada la utilización de códigos o cifrados que oculten el significado de
la transmisión.
Esto
último significa que no es legal la utilización de un código «secreto» para comunicarse con un amigo
a través del éter.
Ningún
radioaficionado debe causar interferencia maliciosa (intencionada) a ninguna otra
radiocomunicación.
Puede
ocurrir que a uno no le guste la práctica operativa de otro colega o que crea
que aquél está operando fuera de la ley, pero ni aun así se tiene el derecho de
interferir su comunicación.
El
radioaficionado no debe transmitir jamás señales falsas o engañosas, como
las llamadas de socorro cuando no existe realmente una emergencia.
No se
pueden, por ejemplo, lanzar llamadas «MAYDAY» (señal
internacional de fonía en demanda de auxilio inmediato) a menos que
realmente exista una situación que amenace la vida humana (y aun así, bueno será saber lo que dispone al respecto el reglamento
nacional de cada país).
Existe
una filosofía acerca del comportamiento del radioaficionado en el aire cuyo
origen se pierde en la historia de la propia radio y que sobrevive en la
actualidad con la misma fuerza que en los tiempos heroicos.
Se trata
de la actitud y aptitud de los radioaficionados para cuidar y vigilar
por sí mismos el cumplimiento de las normas en las bandas propias.
A lo
largo de los años los radioaficionados se han distinguido por su capacidad para
velar por el orden en la práctica operativo y en el desarrollo de las
habilidades técnicas.
Es una
tradición que debe continuar y que probablemente se fundamente en el orgullo de
las cosas bien hechas, de camaradería y de preocupación por el bien que siempre
ha distinguido al radioaficionado de todos los tiempos. Para muchos, la
radioafición es mucho más que un mero pasatiempo.
Como
futuro o ya como nuevo radioaficionado, uno comienza a descubrir los vastos
horizontes que le ofrece su nueva afición y, poco a poco, se va dando cuenta de
la formidable herencia que tiene por delante para respetarla y disfrutarla de
inmediato.
Hay que
dejar que este sano orgullo se apodere de uno y esforzarse en cumplir con el
Código del Radioaficionado.
El
Radioaficionado es:
CONSIDERADO... y nunca opera su estación de
modo que pueda molestar a los demás.
LEAL... y siempre está
dispuesto a ofrecer su lealtad, su ánimo y su ayuda a los colegas que lo
necesiten, a los RADIO CLUBES locales
y a la Asociación Nacional miembro
de la INTERNACIONAL AMATEUR RADIO UNION
(IARU) que le representa ante su
propia Administración y ante los Organismos Internacionales.
PROGRESIVO... procurando mantenerse
al día de los avances tecnológicos con una estación moderna y eficiente que se
esfuerza en manejar impecablemente.
AMIGO DE TODOS... y opera despacio y con
paciencia cuando es necesario; aconseja y apoya al principiante y siempre
presta su asistencia, cooperación y consideración a los intereses de los
demás…. ESTE ES EL ESTILO DEL VERDADERO
RADIOAFICIONADO.
DISCIPLINADO... la radio es su diversión
favorita y jamás permite que le distraiga de sus deberes familiares, laborales,
escolares o sociales.
PATRIÓTICO... su estación y sus
conocimientos siempre están listos para servir a su patria y a la comunidad que
le rodea.
El Código del Radioaficionado original se debió a Paúl M. Segal, W9EEA,
quien lo escribió en 1928.
La
versión moderna aquí incluida se adoptó por la IARU, Región 2 (LAS AMÉRICAS)
en la reunión de Orlando, Florida (USA),
en septiembre de 1989.
Dr. Alberto
J. Benito-Perera
YV-5-AB