miércoles, 26 de julio de 2017

UN «NUEVO OJO» AMPLÍA LA VISIÓN DEL GRAN TELESCOPIO CANARIAS, EL MAYOR TELESCOPIO DEL MUNDO

UN «NUEVO OJO» AMPLÍA LA VISIÓN DEL GRAN TELESCOPIO CANARIAS, EL MAYOR TELESCOPIO DEL MUNDO.

Este lunes ha comenzado a funcionar el instrumento MEGARA, construido por la Universidad Complutense de Madrid, para observar objetos más allá de la Vía Láctea


El espejo principal del Gran Telescopio Canarias, refleja a los asistentes al acto de inauguración del instrumento MEGARA

Cada noche, siempre que las condiciones sean buenas, el telescopio más inmenso del mundo despierta para posar su vista en el cielo de La Palma (Canarias).

Con su espejo primario de 10,4 metros de diámetro, el Gran Telescopio Canarias (GTC) puede llegar a las estrellas más débiles y a las galaxias más lejanas y antiguas del Universo.

Gracias a una tecnología increíble, los operarios logran que una mole de metal de 400 toneladas se mueva de forma casi imperceptible para compensar el movimiento de la Tierra y enfocar con una precisión exquisita a objetos situados a miles de millones de años luz de distancia.


Imagen del Gran Telescopio Canarias- IAC

Desde este lunes, el Gran Telescopio Canarias tiene un nuevo «OJO» para mirar a las estrellas.

Un consorcio de científicos, encabezado por la Universidad Complutense de Madrid, ha diseñado e instalado un nuevo instrumento, llamado MEGARA («MULTI ESPECTRÓGRAFO en GTC de Alta Resolución para Astronomía») capaz de analizar la naturaleza de la luz que llega hasta el telescopio, a través de una tecnología llamada ESPECTROSCOPIA 3D. 

Su resolución le permite hacer mapas en 3 dimensiones de la luz lejana, lo que le permitirá a los astrónomos aprender sobre la composición, el movimiento o la masa de galaxias, nebulosas o estrellas.

«La principal ventaja de MEGARA es que se puede obtener información espectral (es decir, sobre la naturaleza de los fotones que llegan desde el espacio) de objetos extensos, como nubes de gas o galaxias», ha explicado a ABC Armando Gil de Paz, investigador principal de MEGARA.

Ahora, en vez de obtener información sobre cómo es la luz en fuentes puntuales, MEGARA podrá hacer un mapa más detallado de objetos muy lejanos.

«Gracias a esto es posible, por ejemplo, identificar la presencia de elementos químicos en una nebulosa o averiguar cuál es su abundancia», ha resumido Gil de Paz.

Con MEGARA incluso se puede saber cómo se mueve una estrella o cada una de las distintas zonas que componen una galaxia, por ejemplo.

El «TRUCO» es el Efecto Doppler, un fenómeno que hace que el sonido de una sirena de una ambulancia se vuelva más grave o más agudo en función de si se aleja o acerca, respectivamente, a la persona que lo escucha.

De igual forma, a causa de este efecto, cuando una fuente que emite luz se acerca al observador, el color (la longitud de onda) de los fotones SE DESPLAZA AL AZUL, Y CUANDO LA FUENTE SE ALEJA, AL ROJO.


La NEBULOSA DEL ÁGUILA, captada por el Gran Telescopio Canarias- IAC/GTC

Antes de entrar en funcionamiento, MEGARA necesitará un total de cerca de 2 semanas de puesta a punto durante el día y unas 30 noches de calibraciones nocturnas.

Los instrumentos son muy sensibles y es necesario asegurarse de que funcionan correctamente, de modo que los primeros días se hacen medidas de fuentes de luz cuya naturaleza ya se conoce.

El pasado lunes, autoridades de las instituciones implicadas en el desarrollo de MEGARA, como el Instituto de Astrofísica de Canarias, la Universidad Complutense de Madrid, el INAOE (Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica de México) y GRANTECAN, visitaron las instalaciones del Gran Telescopio Canarias, en el Observatorio del Roque de los Muchachos.

Entonces, los astrónomos pudieron hacer unas primeras observaciones de varios objetos astronómicos emblemáticos para los organismos implicados en el desarrollo de MEGARA.


Posición que ocupa MEGARA en el montaje del GTC- UCM

Las grandes lentes de MEGARA, en combinación con los descomunales espejos del GTC, apuntaron a la galaxia «Complutense», observada hace dos décadas por esta universidad, y a las Galaxias Haro 44 (cuyo nombre hace honor al Mexicano Guillermo Haro) y a la NGC7469.

Pero no será hasta semanas más tarde, una vez finalizadas las calibraciones, cuando investigadores e instituciones podrán optar a obtener tiempo de observación con éste instrumento.

MEGARA, que ha costado cerca de 8 Millones de Euros, se diseñó entre 2010 y 2014, y ha sido construido en tan solo 3 años gracias al trabajo de investigadores de la Universidad Complutense de Madrid y, de varias Empresas Españolas y del resto de Europa.


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