EL HOPLITA
El HOPLITA era un CIUDADANO-SOLDADO, de las Ciudades – Estado de la Antigua Grecia.
Su
nombre (del griego antiguo, HOPLITĒS) deriva de HOPLON (plural HOPLA,), lo que
quiere decir «artículo de armamento» o «equipamiento».
Era un
soldado de Infantería Pesada, en contraposición al GIMNETA (griego antiguo, GYMNẾS,
“desnudo”) y al PSILÓS (griego antiguo, PSILÓS, “desnudo” también),
soldados de Infantería Ligera.
Estos soldados aparecieron probablemente a finales del Siglo VII a. C. Formaban parte de una milicia ciudadana, armada como lanceros. Estos eran relativamente fáciles de armar y mantener, y además podían pagar el coste del armamento.
Casi todos los griegos
conocidos de la Antigüedad clásica lucharon como hoplitas, incluso filósofos y
dramaturgos.
Desde la formación de los hoplitas como milicia, no recibieron permanentes ataques y las campañas eran cortas. La excepción eran los guerreros espartanos, que eran soldados especializados, y que tenían en sus estados tierras asignadas a las clases bajas que eran quienes se encargaban de ellas. Los ejércitos marchaban directamente hacia su objetivo. Allí, los defensores podían esconderse tras las murallas de la ciudad; en ese caso los atacantes debían contentarse con hacer estragos en el campo, aunque los primeros también podían decidir encontrarse con ellos en el campo de batalla. Las batallas entonces tendían a ser decisivas. Eran cortas, sangrientas y brutales, por lo que se necesitaba un alto grado de disciplina.
Ambas fuerzas se alineaban en una llanura, con una formación rectangular aproximada, alrededor de 8 filas, aunque esto variaba. Otras fuerzas eran menos importantes; como los HIPPEIS (caballería), que se situaban en los flancos, y tanto la infantería ligera como las tropas que lanzaban proyectiles eran insignificantes.
Los hoplitas más conocidos eran los hoplitas espartanos, que eran entrenados desde su niñez en el combate y en la guerra, para convertirlos en una fuerza de ataque superior y excepcionalmente disciplinada.
HISTORIA.
La formación HOPLÍTICA se extendió por toda Grecia
probablemente en el 700 al 650 a.C. Se la llama «revolución HOPLÍTICA».
Esta datación se funda en un pasaje de Política de Aristóteles, que evoca la
sustitución de los combatientes a caballo por la falange hoplítica. Se apoya en
la ausencia de la descripción de combates en masa en Homero. Ahora bien, la
Ilíada describe enfrentamientos de naturaleza hoplítica: ¿hay que considerar
dichos pasajes como interpolados? La evolución del armamento tuvo lugar en esta
época. La coraza fue modificada, al escudo se le añadió una segunda correa
permitiendo un mejor asimiento. Sin embargo, algunas mejoras se remontan al
Siglo VIII a.C.: la tumba que encerraba la «coraza
de Argos» está datada en 720 a.C.
Las representaciones gráficas
de la guerra, por ejemplo de la cerámica geométrica, no son necesariamente
concluyentes: la representación de duelos constituye una convención que
simboliza tanto una batalla entera como el enfrentamiento de algunos hoplitas.
Inversamente, el Vaso de los Guerreros de Micenas, datado en 1120 a.C., muestra
filas de soldados de infantería pesada armados con escudos redondos y
recortados, y que llevan corazas de cuero y de metal.
El pasaje de Aristóteles es
revelador de la evolución política que intervino en las POLIS (ciudades) del Siglo
VII a.C. La incorporación de los no nobles en las filas de los hoplitas, y el
entrenamiento regular requerido para poder efectuar las maniobras en formación
dio a la clase media un sentido de cohesión que tuvo importantes consecuencias
políticas: los caballeros, hippeis,
perdieron su prestigio y los hoplitas
en adelante jugaron un papel decisivo en las batallas, los cuales reclamaban
una mayor participación en el gobierno de la POLIS. Puesto que esta clase
social participó activamente en la defensa de la ciudad, tenía lógicamente la
palabra cuando se trataba de partir a la guerra. Además, la solidaridad nacida
en los combates y campañas perduraba en los debates políticos. La clase media
adquirió también un poder de decisión en otros dominios de la vida política en
la polis democrática.
Esparta adoptó el estilo hoplita de combate aproximadamente entre los años 680 y 660 a.C. La armadura de los hoplitas se difundió en Etruria y en Roma hacia finales del Siglo VII a.C.
EQUIPAMIENTO.
Los hoplitas se armaban
generalmente poco antes de la batalla, pues su armamento era muy pesado: el
peso total de la armadura hoplita estaba entre los 22 y los 27kg. Cada hombre
se hacía con su propio equipo que no era uniforme en el ejército. Como
resultado de la no existencia de un equipo común, a menudo las tropas amigas no
se reconocían. Típicamente, un hoplita
tenía una coraza (THỐRAX) de bronce
que reproducía la forma de los músculos del torso, las CNÉMIDAS (griego antiguo KNÊMIS) para protección de las
tibias, un casco (KRÁNOS) de bronce con protecciones para las mejillas, más un
escudo de forma circular llamado ASPIS,
que medía un metro de diámetro. También se le puede llamar HOPLON. El ASPIS (ASPÍS)
era un escudo hecho de madera, a veces con chapa de bronce. Era muy pesado (de 8 a 12kg) y cubría desde el mentón
hasta la rodilla. En la Cultura Militar Espartana, que un soldado tirara el ASPIS era inadmisible. Se decía «Vuelve a casa con éste escudo, o sobre él».
Cada griego hoplita tenía una
armadura diferente, hecha a medida, y en el escudo colocaba los símbolos de su
familia. Por el contrario, los espartanos tenían el mismo uniforme y la Letra Griega
LAMBDA (Λ) en sus escudos, en referencia a su tierra de origen, Lacedemonia (Esparta). Cada espartano
llevaba una capa escarlata, presentándose como espartano, aunque esta capa
nunca se llevaba en combate. El diseño de los cascos solía variar con el
tiempo:
El Casco Corintio era el casco más popular. Entre los espartanos, éste estaba
reservado para los líderes y jefes de filas, mientras que en otras ciudades
ocurría lo contrario.
El Casco Tracio tenía una gran visera en la frente, que además protegía la
cara. Todos los cascos estaban hechos de Bronce.
La LINOTORAX, utilizada desde época Micénica y por otros pueblos
también, era un modelo más ligero, cómodo y flexible que la coraza de bronce,
aunque ofrecía menor protección. Estaba fabricada por varias capas de lino,
entre unas quince o veinte, encoladas entre sí y las endurecían sumergiéndolas
en vinagre y sal. Podían ser reforzadas para otorgar mayor protección frente a
ataques punzantes con escamas de bronce o láminas cuadradas no superpuestas
cosidas a la linotorax. Solían
disponerse estas escamas en la cintura, pero también se ponían en hombreras e
incluso el pecho. En la parte de la nuca tenía un saliente que se prolongaba
para otorgar mayor protección a esa parte, y de la cintura colgaban dos capas
de tiras (PTERYGES) superpuestas unas encima de otras de manera que no
dejaban huecos entre sí, protegiendo así el bajo vientre y muslos sin restar
movilidad.
El arma primaria era la lanza
de alrededor de 2,7mts de largo llamada DORU
(DÓRY).
Los hoplitas también llevaban una
espada corta llamada XIFOS (XÍPHOS).
La espada corta era un arma secundaria, para después de que la lanza quebrase.
También, si el enemigo se retiraba, tiraban la lanza y el escudo, y después le
perseguían. Protegían sus piernas con unas grebas, denominadas CNÉMIDAS (KNÊMĨDES). Todas las
armas y armaduras estaban hechas principalmente de bronce. El equipamiento era
muy costoso, así que sólo los ricos podían permitirse ser hoplitas. Los soldados, en ocasiones, heredaban el equipo de sus
padres o abuelos. Si el soldado era lo suficientemente rico, podía comprar un caballo
y servir en la caballería regular, llamada hippeis,
o en la caballería preparada para las escaramuzas, llamada HIPPAKONTISTAI (lanzadores de
jabalina montados). En algunas ciudades estado, era obligatorio servir
durante unos años como soldado. Pero, desde luego, debían comprarse sus armas y
su equipo. Después de los años de servicio, podía continuar su carrera militar
o ganarse la vida con otra profesión. Pero en la cultura espartana, cada
ciudadano tenía que ser un soldado, así que los HILOTAS hacían sus trabajos y cultivaban sus campos. A cada
espartano le pertenecía una granja trabajada por hilotas. Cada soldado obtenía una pensión, al igual que beneficios
y una paga.
Como contraste, cabe destacar a
otra infantería contemporánea, que solía llevar una armadura más ligera y
lanzas más cortas, jabalinas o arcos. El escudo mediano del hoplita permitía ser apoyado en el
hombro. En formación, los escudos eran superpuestos de manera que defendiesen
el lado izquierdo de su dueño, y el derecho del vecino. Es un tema de discusión
para los historiadores si los hoplitas
usaban la lanza por debajo o por encima del brazo.
TÁCTICAS.
La fuerza de los hoplitas
estaba en el combate sorpresa. Los dos ejércitos chocaban con la esperanza de
romper o rodear la línea enemiga. De no ser posible esto, la batalla se
convertía en una serie de empujones, con la retaguardia intentando que la
vanguardia penetrase en la línea enemiga. Esta maniobra era conocida como el OTHISMOS. Las batallas raramente
duraban más de una hora. Una vez que una de las líneas se rompía, los vencidos
escapaban del campo, seguidos por la caballería o los PELTASTAS. Si un hoplita
escapaba, en ocasiones se le obligaba a dejar su voluminoso aspis, y caía en desgracia para su
familia y amigos. Las bajas eran leves comparadas con las batallas modernas y
raramente superaban el 5% en el bando perdedor, pero en estas bajas solían
estar los ciudadanos más importantes y los generales que lideraban la
vanguardia.
Por ello, toda la guerra podía
ser decidida en una sola batalla; la victoria se reforzaba con el rescate
pagado a los vencedores por los vencidos, llamado "la costumbre griega". Los espartanos nunca huirían de la
batalla, por el contrario, luchaban hasta la muerte.
Un hoplita en formación estaba
protegido por la mitad derecha de su escudo (llevado en su brazo izquierdo) y por la mitad izquierda del escudo
del hombre a su derecha. Por lo tanto, el hombre del extremo derecho de la
falange estaba solo protegido a medias. En la batalla, las falanges opuestas
explotarían su debilidad dirigiéndose al flanco derecho de su enemigo. La
formación del hoplita se llamaba la falange. Los soldados más fuertes estaban a
la derecha. En una falange había una serie de filas, y los líderes de cada una
de ellas se situaban en la parte derecha. Había un instructor veterano en la
retaguardia manteniendo el orden. Hasta el Siglo VIII a.C., los soldados
luchaban "por libre", por
lo que las batallas se basaban en el heroísmo. La clave de la batalla estaba en
golpearlos con el HOPLON de los
hoplitas y apuñalar al enemigo en la cara y en el torso. La principal debilidad
de las tácticas era el limitado uso combinado de las armas, con arqueros o
tropas ligeras usadas escasamente. Los ilotas acompañaban normalmente a los
espartanos en la batalla, montando los campamentos o haciendo tareas para los
espartanos. Las formaciones y las tácticas variaban en el tiempo y en las
ciudades.
Uno de los primeros problemas
con la formación de los hoplitas era la incapacidad de marchar recto cuando
entraban en combate. Esto estaba causado por la tendencia normal de los
soldados de acercarse lo máximo al vecino (y
por lo tanto a su escudo) para estar bien protegidos. Esto lo cuenta Epaminondas de Tebas a principios del Siglo
IV a.C. La innovación fue entrenar a los hoplitas para que marchasen en
diagonal. Antes de eso, sólo los espartanos habían conseguido marchar en línea
recta, pero gracias a intensos años de disciplina y entrenamiento.
ASCENSIÓN Y CAÍDA
La ascensión y caída de los
hoplitas en la guerra estaba íntimamente conectada con el ascenso y caída de la
ciudad estado. Durante las Guerras Médicas, a menudo se obligaba a los hoplitas a correr hacia los arqueros,
para envolverlos en una lucha cuerpo a cuerpo, donde vencerían; además, en la Guerra
del Peloponeso, tropas armadas con proyectiles como los PELTASTAS se fueron haciendo progresivamente más dominantes. Como
resultado, empezaron a llevar menos armadura, espadas más cortas y en general
se acostumbraron a una mayor movilidad, lo que conduciría al desarrollo de los EKDROMOI, los hoplitas ligeros. De todos modos los hoplitas entraron en decadencia: hubo 3 grandes batallas en la
Guerra del Peloponeso y ninguna resultó decisiva. En cambio se incrementaron
las murallas, los mercenarios, la marina, la maquinaria de asedio, etc.
Estas reformas hicieron posible
las guerras de desgaste y aumentaron las bajas en las batallas. Muchas de estas
reformas fueron combinadas por el brillante General Epaminondas, cuyas tácticas
eran la base de la falange de Filipo II de Macedonia, usada como un suplemento
de la caballería. Estas fuerzas vencieron al último gran ejército de hoplitas
en la Batalla de Queronea (338 a.C.),
tras esto Atenas y sus aliados se unieron al imperio helenístico. Estas mejoras
condujeron a la ascensión de los más versátiles ejércitos macedonios.
LEGADO.
El estilo de guerra hoplita fue
practicado también alrededor de todo el Mar Mediterráneo.
Como
nota particular, los Etruscos, luchaban como Milicias, algo adoptado de las Colonias
Griegas de la Magna Grecia.
Los Romanos
desarrollaron la formación hoplítica,
de la que deriva la Legión Romana, que dominaría la Historia Militar Occidental
durante cientos de años.
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