HISTORIA de la IMPRENTA…
La imprenta es
cualquier medio mecánico de reproducción de textos en serie mediante el empleo
de tipos móviles. Es diferente a la xilografía, grabado en madera sobre una
sola plancha. Ambos son inventos chinos, aunque estos no llegaron a extraer a
la imprenta todo el rendimiento que era capaz de ofrecer. De cualquier modo, y
dada la incomunicación existente entre Oriente y Occidente, puede considerarse
que su re-invención en el Siglo XV es su verdadero punto de partida, ya que
será entonces cuando alcance las dimensiones que de ello cabía esperar.
PRECEDENTES:
Muchos países se atribuyen para sí la gloria de la invención de la imprenta. Los holandeses mantienen que su inventor fue COSTER, en la ciudad de Haarlem, mientras los franceses aseguraron durante años que la imprenta era un invento de los orfebres de Estrasburgo. En realidad, hacía tiempo que se conocía en Europa la prensa y las aleaciones de los metales necesarios para la fabricación de los tipos móviles: pero fue necesario el genio creativo de quien supo combinar diferentes ideas para ofrecer un producto nuevo para que el descubrimiento echara a andar.
Muchos países se atribuyen para sí la gloria de la invención de la imprenta. Los holandeses mantienen que su inventor fue COSTER, en la ciudad de Haarlem, mientras los franceses aseguraron durante años que la imprenta era un invento de los orfebres de Estrasburgo. En realidad, hacía tiempo que se conocía en Europa la prensa y las aleaciones de los metales necesarios para la fabricación de los tipos móviles: pero fue necesario el genio creativo de quien supo combinar diferentes ideas para ofrecer un producto nuevo para que el descubrimiento echara a andar.
También debe
considerarse como precedente inmediato de la imprenta el libro xilografiado,
realizado generalmente a partir de dibujos que se podían colorear
posteriormente. Las obras xilografiadas llegaron a alcanzar una relativa
popularidad a finales de la Edad Media, especialmente para barajas, juegos y
algunos libros de fábulas, así como para la famosa Biblia pauperum o Biblia de
los pobres, realizada a base de dibujos y de gran difusión entre las clases
populares.
JOHANN GUTENBERG:
Fuese quien fuese el
descubridor, parece estar reconocido en la actualidad de forma prácticamente
unánime que fue Gutenberg el primer impresor, al menos, el primer impresor
conocido. Ello no excluye que con anterioridad se hubieran llevado a cabo
experimentos en este campo: en efecto, todo parece indicar que así fue y
probablemente, Gutenberg supo aprovecharse de estas experiencias en las que
también participó activamente.
Pertenecía Gutenberg
a la familia de los Gensfleisch -Gutenberg era un apodo-, famosos orfebres de
Maguncia. Apenas se sabe nada de su vida, y las noticias que han llegado hasta
nosotros no son directas, sino que proceden de los múltiples procesos en los
que se vio envuelto y que a veces nos permiten reconstruir sus pasos o suponer
ciertos hechos con bastantes probabilidades de acertar. Por estos indicios se
sabe que estuvo desterrado en Estrasburgo, donde entró en contacto con orfebres
con los cuales mantuvo una serie de extrañas relaciones que parecían ir
encaminadas hacia la experimentación de algún descubrimiento pero que
terminaron en pleito.
De vuelta a Maguncia
monta su taller con ayuda del banquero Johann Fust y en 1450 aproximadamente
publica su primera obra, la llamada Biblia de las 42 líneas o de Mazarino, por
haberse encontrado el primer ejemplar en la biblioteca de este cardenal. La
Biblia se compone de dos volúmenes y las páginas tienen cuarenta y dos líneas
-de ahí su nombre- y dos columnas y están escritas con letra gótica. Se tiran
150 ejemplares en papel y 50 en pergamino: se conservan unos 46 o 47 -los
autores no se ponen de acuerdo en este punto. Es la única obra que se considera
completamente suya sin duda, aunque no lleva marca de imprenta, firma ni fecha
o lugar de publicación.
Poco tiempo después
Fust plantea un proceso contra Gutemberg a causa de las deudas de este, y en
pago a sus créditos consigue quedarse con los talleres. Asociado con Schoeffer,
antiguo copista, dibujante y grabador de iniciales de Gutenberg, y ambos
publican en 1457 una colección de Salmos conocida con el nombre de Salterio de
Maguncia, primer libro con fecha de impresión, nombre de los realizadores y
hasta marca de imprenta -los escudos con las iniciales de sus impresores
colgando de una rama de árbol. La asociación entre Fust y Schoeffer continúa
hasta 1470 año en que muere Futs; Schoeffer siguió publicando hasta 1502-3.
Por su parte
Gutenberg vuelve a rehacerse y montar un nuevo taller en el que publica la
Biblia de las 36 líneas, obra que tampoco lleva nombre de realizador y sobre la
cual no existe unanimidad en considerarla obra suya. De cualquier modo, la
Biblia de las 36 líneas es sensiblemente de inferior calidad que la de la
Biblia de las 42 líneas. Según parece, Gutenberg aún se vio envuelto en nuevos
procesos por motivos económicos y terminó sus días en pobreza protegido por el
arzobispo de Maguncia. (Más Sobre
Gutenberg).
CONDICIONES DE LA APARICIÓN DE LA IMPRENTA:
Si un invento como el
de la imprenta apareció en esta época y no en otra anterior no se debió en
absoluto a una casualidad, sino a una serie de circunstancias que favorecieron
e hicieron posible su descubrimiento.
Estas circunstancias fueron:
a) Aumento de la
demanda del libro gracias a una mayor alfabetización de la población, al papel
de las universidades y centros de estudios, a las inquietudes religiosas de la
época y a la curiosidad e interés por la investigación del hombre renacentista.
b) Incremento del
poder adquisitivo de los europeos, que se beneficiaban de las nuevas rutas
comerciales abiertas y en plena expansión. La imprenta también se beneficiaría
de las rutas comerciales europeas para su difusión por todo el continente.
c) Avances en los
conocimientos sobre metales y sus aleaciones, que permitieron encontrar las
fórmulas adecuadas para la fabricación de punzones y matrices, así como las
tintas capaces de imprimir sin engrasar el papel o traspasarlo.
d) Aparición de la
industria del papel, que comienza a vencer al pergamino desde 1350. El
pergamino era muy grueso para poder ser utilizado con facilidad por las prensas
y no era lo suficientemente plano para que la impresión se hiciera bien. Por
otra parte, al multiplicarse vertiginosamente el número de libros se habría llegado
en poco tiempo a la extinción de las especies que abastecían el mercado de
pergaminos.
e) Cambio en la
mentalidad del hombre, en el concepto de ciencia, que se hace más amplio y
experimental y en los métodos de trabajo que ahora permiten el ensayo y la
experimentación en busca de nuevas metas.
LOS INCUNABLES: CARACTERÍSTICAS DE LOS LIBROS:
Se llaman incunables
(del latín INCUNABULUM, cuna) los
impresos en caracteres móviles desde los orígenes del arte tipográfico hasta
1500 inclusive. El término latino, aplicado a una categoría de libros, fue
empleado por primera vez por el librero holandés Cornelio van Beughem en el
repertorio que tituló Incunabula typographiae (Amsterdam, 1688). La toma de esta fecha como punto divisorio no
deja de ser arbitraria, ya que los libros impresos de los primeros años del
siglo XVI no dejan de presentar las mismas características que los incunables y
porque la imprenta no apareció ni se desarrolló al mismo tiempo en todos los
países.
LAS CARACTERÍSTICAS MÁS SEÑALADAS DE LOS INCUNABLES:
a) Imitación de los
manuscritos. Los primeros libros impresos trataron de parecerse todo lo posible
a los manuscritos, ya que esta era la forma de libro a que el hombre del siglo
XV estaba acostumbrado. Así, utilizan la letra gótica, abreviaturas -aunque nada
las hacía necesarias-, los incipts, etc. Las iniciales se dejaban en blanco con
el fin de que fueran realizadas más tarde por especialistas: no es difícil
encontrar incunables donde las iniciales no se llegaron a poner nunca. También
carecían de portada: la primera es la del Calendario de Regiomontano, en 1470,
aunque algunos autores mantienen que la primera portada data de 1500.
b) Se impone la letra
romana, de la mano de los humanistas italianos, más legible y fácil de
entender. Poco a poco se van abandonando las abreviaturas.
c) Las primeras
ilustraciones se hacen xilografiadas. El primer libro con ilustraciones
xilografiadas es una colección de fábulas de Albert Pfister (Bamberg, 1461).
d) La lengua
mayoritariamente utilizada es el latín (45%), seguida del italiano, alemán,
francés, inglés y español.
e) Los temas son
religiosos en el 45% de los casos. Le siguen los temas de literatura (30%),
clásica, medieval y contemporánea y el resto se reparte entre diversas
materias.
A final de siglo, se
habían impreso unos 10.000 títulos, lo cual indica la velocidad con que la
imprenta se extendió por Europa.
DIFUSIÓN DE LA IMPRENTA:
En la difusión de la
imprenta se aliaron dos factores ajenos por completo a ella: las guerras
civiles en Alemania y el auge experimentado por las rutas comerciales europeas,
verdaderos caminos de intercambio de bienes materiales y culturales.
En 1460 estallan las
revueltas civiles en Maguncia. El arzobispo es depuesto por el Papa por
desobediencia y es enviado Adolfo de Nassau a tomar la ciudad. La mayoría de
los impresores se ven obligados a huir y los talleres se disuelven. Los
primeros tipógrafos se instalan en otras ciudades alemanas (Colonia, Spira,
etc). Otros, por el contrario, viajan al extranjero, sobre todo siguiendo la ruta
transalpina que los lleva a Francia y a la próspera Italia.
Entre estos se
encuentran los tipógrafos Schweynheim y Pannartz, que en 1464 se instalan en el
monasterio de Subiaco, donde era abad el español Juan de Torquemada, el cual
les anima a montar allí sus talleres: será el primero que se instalará fuera de
Alemania. El primer libro impreso parece ser que fue un Donato, del cual no
quedan rastros ni ejemplares, cosa lógica si se tiene en cuenta que era un
libro de texto para el aprendizaje de la gramática latina. Después el De
oratione de Cicerón, sin fecha, un Lactancio fechado en 1465, y algunos más,
ninguno de ellos firmado.
Desde allí los dos
tipógrafos marchan a Roma, donde instalan su taller y publican nuevas obras, de
temas religiosos o de autores clásicos, bajo la protección del Papa Sixto IV.
Cuando llegaron a Roma ya se encontraba instalado allí el taller de un
compatriota suyo, Ulrico Han, el cual publicó, entre otras obras las
Meditationes de Torquemada (Turrecremata), primer libro donde aparece el
retrato del autor vivo.
Por la misma época se
instala en Venecia Juan de Spira, el cual publicó las Epistolas familiares de
Cicerón y la Historia natural de Plinio. A su muerte le sucedió su hermano al
frente del taller y se encargó de publicar, entre otras obras, la primera
edición del Cancionero de Petrarca y la Divina Comedia. También en Venecia se
instaló el impresor Ratdolt, famoso por sus iniciales y orlas grabadas en
madera de sabor renacentista y por haber sido el primero en publicar un libro
con portada: el Calendario de Regiomontano, en 1470.
En Francia la
imprenta se inició tarde y comenzó en París y Lyon, donde inmediatamente
encontró una excelente acogida: a finales de siglo había en esta última ciudad
160 talleres tipográficos. En Inglaterra fue aún más tardío: entró en 1477 de
la mano de Caxton, mercader en textiles, quien instaló el primer taller en
Westminster.
Poco a poco la
imprenta se fue instalando en todos los rincones de Europa, aunque su expansión
fue irregular: el último país al que llegó fue Grecia, donde lo hizo hace poco
menos de un siglo, debido a la dominación turca, cuyo idioma no comenzó a
escribirse en caracteres latinos hasta la revolución de Kemal Ataturk. Al resto
del mundo la imprenta llegó de manos de los colonizadores europeos y los países
árabes fueron lentos en adoptarla debido a las dificultades que presentaba su
alfabeto para ser reproducido tipográficamente. En estos países se prefirió
utilizar la xilografía o incluso la litografía a la imprenta hasta épocas muy
tardías.
La investigación
histórica, en su avance sin pausa, ha profundizado en algunos puntos que
aparecen algo difusos en los orígenes de la imprenta. Nos fijaremos solamente
en dos de ellos que consideramos principales: en la personalidad de Gutenberg y
en su actividad tipográfica, y en la introducción de la imprenta en España.
Es cierto que los
intentos de escritura artificial, como se llamaba entonces, fueron varios y que
tenemos documentados otros ensayos de esta naturaleza por los mismos años en
que Gutenberg hacía sus experimentos en Estrasburgo o Maguncia. También es
cierto que las técnicas de la tipografía no eran absolutamente nuevas, pues los
punzones para abrir matrices eran semejantes a los usados para grabar letras en
las medallas; la tinta grasa tipográfica, distinta de la usada en los libros
xilográficos, no era una novedad profunda cuando ya se fabricaban barnices para
la pintura, y la prensa empleada por los impresores era adaptación de la que
usaban para el aceite y el vino. Pero Gutenberg resolvió un problema
importantísimo que sin duda exigió de él largos y dispendiosos ensayos, como
fue el invento de las matrices metálicas, y Gutenberg fue el primero en
fabricar libros tipográficos. En favor de esta afirmación hay sólidas pruebas
documentales y una tradición casi coetánea de Gutenberg.
Vamos a recordar y a
precisar algunas fechas de la vida de Gutenberg. Éste residió en Estrasburgo
desde 1434 hasta 1444. Nos faltan datos de su vida entre 1444 y 1448. En
octubre de este año se le encuentra otra vez en Maguncia, en donde murió a
principios de 1468. Recordemos también que Gutenberg abandonó esta ciudad por
motivos políticos y que de profesión era orfebre.
En Estrasburgo
constituyó una sociedad con Andrés Dritzehn, Hans Riffe y Andrés Heilmann. La
muerte de Dritzehn ocasionó un pleito, pues Gutenberg se opuso a que entraran
en la sociedad los hermanos del difunto, Jorge y Klaus, y a reembolsarles 500
florines que éstos reclamaban. Se conocen las actas del pleito, que se
sustanció en 1439, en las cuales consta que la sociedad se dedicaba a la
fabricación de espejos y al pulimento de piedras finas para la feria de Aquisgrán.
El proceso habla de un arte nuevo para el cual la Sociedad había comprado plomo
y utilizaba una prensa, piezas (STÜCKE)
“que se separaban o se fundían”, formas de plomo y cosas relativas a la acción
de prensar. Las declaraciones de algunos testigos dejan pensar que Gutenberg
practicaba estos ensayos en el mayor secreto y que al ser descubierto por sus
socios tuvo que dárselos a conocer.
Sabiendo como sabemos
que Gutenberg imprimió en Maguncia entre 1450 y 1455 y que con anterioridad no
se tiene noticia de ningún otro tipógrafo, no cabe duda de que el arte que se
practicaba en Estrasburgo antes de 1439, con piezas que se separaban, formas de
plomo y prensa, era el de la tipografía.
La actividad de
Gutenberg a su regreso a Maguncia la conocemos por otro proceso que fue
sentenciado en 6 de noviembre de 1455, por el cual sabemos que un rico burgués
de Maguncia, Johann Fust, prestó a Gutenberg, en 1450, la considerable cantidad
de 800 florines para fabricar algunos instrumentos, y que él mismo, en 1452, le
prestó otros 800 florines para comprar pergamino, papel y tinta para la obra de
los libros. Esta vez Gutenberg perdió el pleito. Su socio le acusaba de no
haber cumplido las cláusulas de los contratos y Gutenberg fue condenado a
devolver el dinero no gastado y a satisfacer los intereses. Siguen unos años
oscuros en la vida de Gutenberg, pues no se sabe a ciencia cierta qué hizo
después de la quiebra.
En 1465 fue
ennoblecido por el arzobispo-elector de Maguncia, Adolfo II de Nassau, y en 26
de febrero de 1468, el arzobispo hizo entrega al síndico de Maguncia, Conrad
Humery, de los útiles para imprimir que Gutenberg había dejado antes de morir,
lo cual demuestra que este siguió imprimiendo después de los contratiempos
pasados.
CRONOLOGÍA EN EUROPA:
1440: En Estrasburgo,
Gutenberg empieza a hacer experimentos sobre el arte de imprimir.
1445: Gutenberg
vuelve a Maguncia.
1450: Gutenberg
empieza a explotar comercialmente su invento.
1452: Gutenberg
empieza a imprimir la “Biblia de Maguncia”.
1455: El material de
Gutenberg pasa a ser propiedad de su socio capitalista Johann Fust y del yerno
de éste, Peter Schóffer.
1460: Gutenberg
abandona definitivamente sus actividades como impresor. Se imprime ya en
Estrasburgo.
1461: La imprenta, en
Bamberg.
1462: Saqueo de
Maguncia por el conde de Nassau. Algunos impresores emprenden el camino del
destierro. Entre ellos se cuenta Schoeffer, que se establece en Francfort.
1466: La imprenta, en
Colonia.
1467 En Roma.
1468 Muerte de
Gutenberg. La imprenta, en Augsburgo y Basilea.
1469 En Venecia.
1470 En París,
Utrecht y Ñapóles.
1471 En Milán y
Florencia.
1472 Imprenta en Aguila fuente (Segovia).
1472 Imprenta en Aguila fuente (Segovia).
1473 La imprenta, en
Lyon, Budapest, Barcelona y Zaragoza
1474 En Valencia, Brujas y Cracovia.
1474 En Valencia, Brujas y Cracovia.
1475 En Breslau y
Lübeck.
1476 En Rostock y
Westminster.
1477 En Sevilla.
1478 En Ginebra,
Palermo y Mesina. 1480 En Londres.
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