EL ARTE DE COMUNICAR CON SUBMARINOS
Como muchos sabréis, la
característica principal de un Submarino, es su discreción.
Como oí en una ocasión a un
experimentado comandante de uno de nuestros submarinos de la Clase Delfín, con los medios Antisubmarinos de hoy en día, un SUBMARINO DETECTADO es un SUBMARINO HUNDIDO.
Evitar la detección implica una
importante disciplina en todo lo que se refiere a operaciones ruidosas, a
exposición de Mástiles y, por supuesto, a la Transmisión de cualquier tipo de
Onda Electromagnética.
Y no nos referimos únicamente al
radar, equipo proscrito de cualquier submarino con un mínimo de espíritu
combativo, especialmente ahora que los telémetros láser sobre periscopio
permiten obtener distancias muy precisas con poco riesgo de contra-detección.
Nos referimos a las transmisiones
de comunicaciones.
Ya durante la II Guerra Mundial,
el Almirante Dönitz, estableció las
líneas maestras de la comunicación con submarinos: la radiodifusión.
Una estación en tierra transmite
órdenes en baja frecuencia.
Estas órdenes (entonces cifradas por la máquina enigma y
hoy en día por equipos más modernos) vuelan en todas direcciones y se
repiten periódicamente, porque nadie sabe dónde o cuando las recibirá el
submarino.
Éste evitará comunicar, en la
medida de lo posible, porque sus antenas de HF son indiscretas y le ponen en
riesgo de ser detectado.
La famosa máquina Enigma alemana
Evidentemente, hoy en día hay
otras opciones. Los enlaces mediante antenas de comunicaciones por satélite son
muy difíciles de detectar, y permiten a los submarinos una conexión rápida y
segura con sus estados mayores en tierra, si bien es cierto que obliga a exponer
un mástil y, por tanto, ofrece al enemigo una oportunidad de detección.
Por esta razón, la radiodifusión
sigue siendo el medio principal de mando y control con los submarinos.
Un buen resumen de las opciones de comunicaciones
de los submarinos, según su discreción.
Ahora bien… ¿cómo recibe éstas
ondas un submarino?, la solución pasa por las transmisiones de baja frecuencia.
Toca hacer un rápido recordatorio
de física… “A MAYOR LONGITUD DE ONDA,
y por tanto MENOR FRECUENCIA, la ATENUACIÓN ES MENOR y los ALCANCES SON
MAYORES”.
España, por ejemplo, cuenta con
una antena de LF en Guardamar del
Segura (Alicante) para comunicar con
sus submarinos.
Esta antena, que pertenecía a la
marina de los Estados Unidos y que se instaló en 1962, en los años más duros de
la Guerra Fría, es, con sus 370 metros, la estructura más alta del país (aquí toca otro recordatorio de física… a
menor frecuencia, y mayor longitud de onda, mayor debe ser el tamaño de la
antena).
Antena de Guardamar del Segura, conocida por todo
buen veraneante del Levante español.
Según Wikipedia, las ondas de VLF son capaces de penetrar la
superficie del mar hasta alrededor de 20 metros de profundidad.
Es una penetración bastante
importante, si tenemos en cuenta la mala relación entre el agua y las ondas
electromagnéticas.
Pero no es suficiente para
alertar, por ejemplo, a un submarino de misiles balísticos a 200 metros de
profundidad esperando la orden para comenzar el apocalipsis.
¿Y cuál es la solución? Bien…
bajar un poco más la frecuencia y construir antenas más grandes.
Si utilizamos la banda de
frecuencia ELF (3-300Hz) obtenemos una penetración en el agua de cientos de metros.
Las leyes más básicas dicen que
la longitud de una antena debe ser la mitad de la longitud de onda de la
transmisión a realizar…
Esto arroja como resultado,
haciendo un cálculo rápido, que necesitamos una antena de unos 3500 km de
longitud. Tarea nada fácil, por otro lado.
Así que no queda otra que
utilizar el planeta tierra como antena.
Enterramos un dipolo aquí, otro a
100km de distancia y ponemos una planta eléctrica capaz de alimentarla.
Si el terreno tiene poca
conductividad, las ondas utilizaran otras capas de la corteza terrestre para
conducir la electricidad, creando así una antena gigante.
Dada esta complejidad, sólo hay
dos estaciones ELF en el mundo.
No hay que tener mucha
imaginación para deducir donde se encuentran: Estados Unidos y Rusia (aunque existen informes que insinúan que
India ha construido una estación de este tipo).
En fin, algún día hablaremos con
más detalle del PROYECTO SANGUINE americano,
y del ZEVS soviético.
Esquema de la instalación de ELF del Proyecto Sanguine.
Viendo el tamaño de las antenas,
podemos imaginar que no es fácil instalar algo así a bordo de un submarino.
Por esa razón, la radiodifusión
es una comunicación en un sólo sentido.
El submarino recibe en estas
bajas frecuencias, pero es incapaz de transmitir.
Otro aspecto importante a tener
en cuenta (y volvemos de nuevo a la física) es que, a menor frecuencia, menor
tasa de datos por segundo.
Una transmisión en ELF contiene normalmente sólo grupos de
tres caracteres que pertenecen a un código.
Estos códigos son normalmente “BELLRINGERS”,
es decir, advertencias para tomar acciones adicionales que aclararán cuál es su
misión.
De esta forma, un submarino
balístico, en patrulla a cota profunda en mitad del Pacífico, recibiría un “BELLRINGER”
indicándole que subiera a cota periscópica para recibir instrucciones
adicionales.
Otro gráfico donde podéis ver las virtudes de cada
una de las bandas de frecuencia utilizadas en la comunicación con Submarinos.
Estados Unidos desarrolló también
un sistema de transmisión en baja frecuencia embarcado en aviones, con objeto
de evitar quedarse sin medios de mando y control si los cuarteles generales en
tierra eran destruidos.
Se trata del E-6 TACAMO, una versión del B-707 con una inmensa ANTENA LARGABLE,
del que se construyeron 16 unidades y que a pesar de pertenecer a la US NAVY están
basados tierra adentro, en la Base Aérea de Offutt, Nebraska (que por otro lado alberga el USSTRATCOM, o Cuartel
General de las Fuerzas Estratégicas Americanas).
E-6 TACAMO, el avión del día del
juicio final.
Por supuesto, un submarino puede
comunicarse de otras formas.
Desde el afamado Gertrude, o TELÉFONO
SUBMARINO, que utiliza el agua como medio para la transmisión de ondas
acústicas que pueden ser recibidas por otros submarinos o barcos de superficie,
hasta antenas de UHF o VHF iguales a las utilizadas por el
resto de unidades navales.
Quizás, la novedad más llamativa
sea la de las conocidas como SLOT BUOYS,
una suerte de Boyas Desechables que son largadas por el submarino con un
mensaje que es retransmitido (con un
retraso programado, si es necesario para evitar la detección) al alcanzar
la superficie.
¿Estarán equipados nuestros S-80 con estos ingenios?
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