viernes, 22 de abril de 2022

LA GUAYRA, LA CIUDAD AMURALLADA, SIN MURALLAS !!

 LA GUAYRA, LA CIUDAD AMURALLADA, SIN MURALLAS !!


Al ser fundada Caracas en 1567 y convertirse en zona de convergencia entre los diversos pueblos fundados en la provincia de Venezuela, se convirtió en el epicentro de la toma de decisiones políticas y eclesiásticas para todas las demás provincias, como Guayana, Maracaibo y Margarita.

Al necesitar Caracas una conexión con España, Diego de Osorio y Villegas, gobernador en ejercicio a partir de 1586, decidió darles legalidad a los rancheríos ubicados en las orillas de la rada de La Guayra, ubicándose como fecha de la fundación de este poblado costeño el 29 de junio de 1589, día de San Pedro Apóstol.

Dado el comercio incipiente entre la provincia de Venezuela y la metrópoli, se empezaron a asentar en el puerto comerciantes de diversos frutos para la exportación y servir de receptores de las importaciones, lo cual dejó ver la importancia de La Guayra como cordón umbilical con el resto del mundo conocido hasta esos momentos.

El tránsito hacia Caracas se hacía atravesando y trasmontando El Ávila, en una ruta sinuosa de montaña, la cual ameritaba sitios para el descanso y para cambiar las recuas de mulas, razón por la cual se establecieron pulperías y fondas como La Venta, negocio publicitado y recomendado por el Barón Alejandro Von Humboldt, cuando vino a Caracas en 1798.

De igual manera pensaron los gobernantes en la necesidad de construir fortalezas para defender a Caracas de posibles ataques de invasores y piratas.

Razón por la cual se empezaron a construir fuertes o defensas en las laderas de la vertiente norte del Ávila y el Tajamar del puerto.

Es así como los diversos gobernantes de la provincia venezolana, empezaron a construir fuertes como el mal llamado castillo de San Carlos, El Vigía de La Guayra, el fuerte de Mapurite y la Pólvora que era un almacén para guardar pertrechos y pólvora, resguardado por soldados del rey.

Y la costa guayreña desde Cerro Caído hasta más o menos La Quebrada de Germán fue amurallada, tal como se aprecia en los mapas antiguos de La ciudad portuaria.

En total, entre La Guayra y Caracas, se construyeron 17 fortalezas y defensas, lo cual significó la mayor cantidad de construcciones para la defensa de alguna ciudad latinoamericana, en esos tiempos.

Cuestión que está muy explicitada en el libro de Luis Oscar Martínez, de quien tomé el titulo con él que le puse nombre de esta crónica: *La Guayra, La Ciudad Amurallada*.

Muchas de estas fortalezas prestaron una invalorable ayuda cuando se tuvo que defender a La Guayra de piratas invasores, como el caso acaecido el 2 de marzo de 1743, cuando el Comodoro Charles Nowels, al frente de 19 barcos piratas ingleses, quiso tomar La Guayra e invadir a Caracas, pero el comandante de la plaza guayreña, el capitán Mateo Gual, padre del futuro prócer pre-independentista Manuel Gual, logró unir a toda la población de La Guayra, blancos peninsulares, blancos de orilla, pardos, indios, negros y mestizos, para defender la ciudad de esos nuevos invasores.

Este capítulo es interesante destacar en la historia de La Guayra y de Venezuela, debido a que Mateo Gual era un blanco peninsular que había llegado a Venezuela a cumplir órdenes del rey, a defender una posesión que España había tomado mediante la conquista y en ese momento sintió en carne propia lo que era una invasión y debía defender su plaza en contra de otros invasores.

Este pasaje de la historia guayreña y venezolana es conocido como el nacimiento de la nacionalidad venezolana, porque en ese momento todas las clases sociales se unieron en pro de un objetivo, defender su terruño, su espacio en el cual vivían y desarrollaban sus diversas actividades, sin importar su condición o clase.

Así como se construyeron fuertes y defensas entre La Guayra y Caracas y, a raíz de la fundación de La Real Compañía Guipüzcoana, el 25 de septiembre de 1728, se inició la construcción de esa majestuosa casona que adorna a La Guayra y la cual se ha convertido en un símbolo de la arquitectura vasco andaluza que dominó y simbolizó una época de la historia venezolana.

La Compañía Guipüzcoana ejerció un férreo monopolio al imponer precios y manejar las importaciones y exportaciones de toda la provincia venezolana, situación que originó muchas confrontaciones como las del negro Miguel, el zambo Andresote y Juan Francisco de León, entre otras, pero es interesante destacar que antes de la implantación de dicha compañía, la burocracia venezolana, es decir los funcionarios de la gobernación y diversos cabildos para cobrar sus sueldo y salarios, así como para sufragar los costos de las edificaciones públicas, caminos y fortalezas como las de La Guayra, dependían de los dineros del Virreinato de La Nueva España.

Provincia muy rica por su producción de oro y plata, la cual, por órdenes del rey, sufragaba los gastos de provincias de escasos recursos como la venezolana.

Esta situación cambió al iniciar sus actividades la compañía Guipüzcoana, debido a que, con los recursos obtenidos por su administración de bienes y productos de importación y exportación, así como os impuestos a dichos productos, empezó a pagar la burocracia venezolana y cubrir los costos de bienes y obras requeridos por nuestros antepasados.

Es decir que la Guipüzcoana a pesar del monopolio ejercido en Venezuela entre 1728 y 1780, eliminó la dependencia que tenía Venezuela con México y esta provincia empezó a generar sus propios recursos y cubrir sus gastos.

Entonces La Guayra, la ciudad amurallada, aparte de esas fortificaciones y defensas, contó también con una casa monopólica, que por su imponente y portentosa estructura la adorna con su belleza, convirtiéndola en un símbolo majestuoso de una arquitectura esplendorosa que es orgullo de España y de Venezuela.

Hoy en tiempos del socialismo del siglo XXI, nuestro estado Vargas, al igual que Venezuela, dirigida por vándalos, narco traficantes ruines e incultos personajes, así como lo peor de la peste militar salida de las escuelas militares, se han dedicado a destruir lo construido durante los años de la república, esquilmar las riquezas y destruir el patrimonio, la tradición, identidad y abolengo histórico, en todos sus órdenes.

Aquí, el gobernador Carneiro, entre los abusos cometidos con el patrimonio varguense podemos señalar entre tantos atropellos los siguientes: eliminó los bustos del fundador de La Guayra, Don Diego de Osorio y del primer venezolano que llegó a las costas varguenses el mestizo Francisco Fajardo, destruyó los restos del cementerio indígena ubicado en el Playón de Macuto, Las plazas Manuel Gual y José María España, ubicadas frente a la prefectura de La Guayra y la de Pachano. Eliminó el busto de Simón Bolívar ubicado frente a la escuela Alfredo Machado en La Soublette; le quito el valor histórico a la Casa Museo de José María España, al intervenirla con elementos distintos a los cuales fue construida, reformó la plantica de La Guayra, con lo que eliminó la identidad de los espacios en los cuales estaban ubicados dichos monumentos y la casa Guipuzcoana que sirve de sede a La Gobernación, presenta una similitud a una ratonera.

Y para cercenar el gentilicio de la identidad patrimonial, por su aversión al civilismo encarnado en nuestro hijo Epónimo José María Vargas, abusando de su poder pretoriano, mediante una resolución violatoria de la legalidad constitucional, le cambio el nombre a nuestro estado que por siempre lo llamaremos Estado Vargas.

Otra acción destructiva del Carneiro fue sacar la tubería de excretas y aguas servidas que debían alimentar la planta de tratamiento de Punta Gorda, cuando construyó el estadio Forum La Guayra en el Pavero y también la cortina de agua en Guanape.

Acción que no permite la limpieza de nuestras contaminadas playas.

Ahora el nuevo gobernador y el primitivo militar que desempeña el rol como Alcalde, continúan con esa acción depredadora de nuestro gentilicio y patrimonio histórico, quienes con una política antifaz, se han dedicado a pintar el rostro de la calle Bolívar de La Guayra, sin internalizar que las termitas y el óxido, tienen roídos los restos óseos de las construcciones de la morfología urbana de nuestra ciudad colonial e histórica, así como la construcción de una nueva plaza en homenaje al precursor Francisco de Miranda, sin tomar las previsiones de resguardar lo que queda de las murallas de la Guayra, las cuales están tapiando con los movimientos de tierra efectuada, ubicadas en la parte este de Los Silos Trigueros.

Dejando así a La Guayra, sin los vestigios de una arquitectura que fue orgullo de muchos.

Razón tuvo el Libertador Simón Bolívar, cuando expresó:
”El Talento sin Probidad es un Azote”

RUBEN CONTRERAS
Historiador